Por INCIBE

Pretender que ningún menor lleve a cabo este tipo de prácticas puede resultar algo poco realista en la actualidad, cuando desde la sociedad se fomentan roles excesivamente sexualizados y el concepto de privacidad es cada día más confuso. 

Debido a este contexto, la prevención debe centrarse en la reducción de riesgos y el desarrollo de la capacidad de crítica del menor, para que actúe de forma responsable:

Concienciar y promover el cuidado de la privacidad. Es necesario hacerles partícipes de las implicaciones y riesgos que supone no proteger la privacidad, tanto en la actualidad como de cara al futuro, mostrando las consecuencias de forma que comprendan lo que está en juego.

No fomentar el sexting ni participar en su difusión. Concienciar a los menores de la peligrosidad de esta práctica, tanto como protagonistas de los contenidos (para valorar si quieren tomar parte), como receptores (para que respeten la confianza otorgada, la privacidad e intimidad de la otra persona).

Desarrollar la autoestima y las habilidades sociales. Saber decir no y defender sus argumentos de forma adecuada les permitirá no ceder ante la presión social. Para ello, es positivo promover una autoestima saludable y aprender a valorarse a sí mismos, para no depender de la opinión de los demás.

Conocer las opciones de privacidad y seguridad. Configurar correctamente los dispositivos y aplicaciones para evitar perder el control de la información que guardan, haciendo un uso correcto de contraseñas de acceso y almacenando la menor cantidad posible de contenidos de riesgo.

Facilitar un ambiente de confianza. Para que el menor sea capaz de pedir ayuda y consejo cuando lo necesite, es importante mantener la comunicación familiar acerca de estas problemáticas. Esta confianza ayudará a una resolución rápida de los problemas e incluso a evitar que lleguen producirse.

Valorar la edad y madurez necesaria. Debemos valorar si el menor es suficientemente responsable como para utilizar de forma autónoma su propio dispositivo, sin ponerse en riesgo ni caer en prácticas peligrosas.

Cómo reaccionar en caso de conflicto

Responder con calma. Estamos para apoyarles y ayudarles a resolver el problema, no para reaccionar de manera exagerada o negativa. Todos debemos enfocarnos a buscar una solución y proteger al menor.

Contacto con los difusores. Es recomendable contactar, si es posible, con quienes estén difundiendo los contenidos e incluso con quienes los hayan recibido para evitar que se sigan enviando y pedir su eliminación. Asimismo, contactar con el centro educativo puede ser de utilidad, ya que pueden colaborar con asesoramiento y concienciación.

Reporte al proveedor de servicios. Para que los contenidos se eliminen en muchos casos es necesario comunicarse con el proveedor de servicio (Instagram, Facebook, Twitter, etc.) alertándoles sobre el caso. Esto no garantiza que alguien no haya hecho alguna copia, pero sí limita en buena medida su difusión.

Denuncia. Además, dado que los contenidos incluyen información sensible de menores, es posible que sea necesario denunciar formalmente los hechos ante las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, sobre todo en casos de extorsión y grooming. En estos casos, será necesario hacer capturas de pantalla y guardar todas las pruebas.

Apoyo psicológico. Las consecuencias derivadas por este tipo de prácticas son graves, y el menor puede necesitar apoyo psicológico y emocional.

Fuente original: https://www.is4k.es/necesitas-saber/sexting